El Neurofeedback surge del trabajo realizado en los años 60 por el psicólogo Barry Sterman, profesor de la facultad de medicina de la Universidad de California (UCLA).
Colocó electrodos en las cabezas de los gatos y les premió (con comida) cada vez que sus ondas cerebrales alcanzaban una frecuencia que indicaba un estado de relajación.
En experimentos posteriores llevados a cabo en el espacio, con la NASA, Sterman comprobó que aquellos gatos que habían aprendido a relajarse tenían mayor resistencia a las crisis epilépticas.