Resulta muy difícil detener nuestros pensamientos u obsesiones. Con gran facilidad entramos en un bucle repetitivo del que no podemos salir y que tampoco nos permite encontrar soluciones.
Este tipo de comportamiento recibe el nombre de rumiar, porque es lo mismo que hacen los herbívoros con la comida, la mastican una y otra vez, la tragan y la vuelven a regurgitar para seguir masticándola.
Cuando nosotros rumiamos, no hacemos más que darle vueltas a las mismas ideas una y otra vez haciendo que aumente nuestro nerviosismo o nuestro enfado, pero sin llegar a conclusiones de provecho.
Luc Iseabert propone que, cuando nos sintamos dominados por una emoción o un pensamiento negativo, fijemos nuestra atención en un objeto de alrededor y busquemos 5 utilidades imaginarias.
Por ejemplo, un libro podría servir de bandeja, de abanico, como raqueta, para hacer pesas o matar insectos. Se puede repetir con otros objetos hasta que sea suficiente y se haya detenido la rumiación o el impulso.
Otra variante de esta tarea consiste en pensar en un color y buscar en nuestro alrededor objetos que sean de ese color.
El objetivo es mover el foco atencional desde una idea obsesiva, triste o negativa haca algo externo y neutro.
Maribel Adrover
Psicóloga General Sanitaria
Neuropsicóloga
Centre acreditat per la Conselleria de Sanitat
Nº de Registre Sanitari 4490
Neuronat © 2023