Muchas veces no conseguimos actuar ante determinados problemas porque abarcan todos los aspectos de nuestra vida (familiar, laboral, social) o están relacionados con otros problemas. Eso hace que nos parezcan insuperables y nos paralice la impotencia.
Por ejemplo, la sensación de “ser un desastre” que incluye no saber organizarse, no acabar las cosas que se han empezado, no cumplir horarios o rutinas.
¿Cómo empieza uno a luchar con algo tan extenso y complejo?
Lo primero que hay que pensar es que cualquier sistema, por complejo que sea, está compuesto por elementos. Un pequeño cambio en uno de esos elementos puede generar una reacción en cadena que lleve a cambios más globales.
Ante problemas complejos es útil centrarse en el cambio más pequeño y concreto que podamos. Tras conseguir ese pequeño cambio, seguir con otro y otro más. Al final, la suma de cambios pequeños genera grandes transformaciones. Giorgio Nardone llama a esta estrategia la de “dispersar las tropas del enemigo para poder atacar los grupos más pequeños”
Siguiendo con el ejemplo anterior. La lucha con “ser un desastre” podría empezar por cambiar únicamente la hora a la que me acuesto hoy o acabar una sola de las tareas que tenemos pendientes (priorizándola por encima de las demás).
El hecho de empezar por algo pequeño, concreto y alcanzable facilita que entremos en acción, aumentará nuestra confianza en lugar de dejarnos paralizados ante el ejército enemigo.
Maribel Adrover
Psicóloga General Sanitaria
Neuropsicóloga
Centre acreditat per la Conselleria de Sanitat
Nº de Registre Sanitari 4490
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