
Del inglés Eye Movement Desensitization and Reprocessing, significa desensibilización y reprocesamiento a través de movimientos oculares.
Es un abordaje psicoterapéutico y una técnica para el tratamiento del MALESTAR y las dificultades emocionales causadas por experiencias difíciles de la vida.
Está avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las guías clínicas internacionales para el tratamiento del trauma.
Los sucesos negativos dejan huellas en nuestra red neural, generando malestar a partir de creencias disfuncionales sobre uno mismo (no valgo, soy torpe) o sobre el mundo (estoy en peligro).
Esto ocurre porque determinada información está bloqueando el sistema natural de nuestro cerebro para procesar las cosas, provocando síntomas y sufrimiento.
Lo que nos ocurre hoy es una repetición no resuelta del pasado. Aunque los problemas de ayer y de hoy (los que sufrimos en el trabajo o en casa) parezcan distintos, no lo son.
Si nos fijamos bien se repiten los mismos sentimientos, dudas y sensaciones. Y se seguirán repitiendo si no cambiamos algo.
Mediante la estimulación bilateral podremos acceder a los recuerdos almacenados disfuncionalmente y estimular el sistema innato de procesamiento, con lo que se reducirán los síntomas relacionados.

Realizamos un procesamiento sin la participación de la parte racional, operamos a nivel subcortical, no consciente. Usamos otro lenguaje, el de las experiencias emocionalmente intensas o el que predominaba cuando aprendimos determinadas creencias (en la primera infancia). A ese nivel las palabras y la razón no tienen efecto.
Pensemos en dos niveles de procesamiento:
- Uno cortical, consciente, racional.
- Otro subcortical, inconsciente, emocional.
Los recuerdos traumáticos se procesan o quedan atascados al segundo nivel (emocional, no consciente), por eso no podemos abordarlos desde el nivel superior (desde la razón y el pensamiento lógico).

Todos hemos tenido la sensación de saber lo que tenemos que hacer o sentir, tener la teoría muy clara, pero no conseguir que los sentimientos nos acompañen en esas ideas. Como si razón y emoción no fueran juntas.
El bienestar se alcanza cuando conseguimos que haya coherencia ente lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos. Cuando razón y emoción van en el mismo sentido.
Maribel Adrover
Psicóloga General Sanitaria
Neuropsicóloga